Nueva realidad y más informalidad - Corpocentro

La difícil situación económica que se vive actualmente como consecuencia de la pandemia del coronavirus ha generado en el centro de Medellín un aumento de la informalidad, que si bien lo esperábamos, puede empezar a salirse de las manos si no se toman los correctivos necesarios a la mayor brevedad posible.

La comuna 10 ha sido el sitio predilecto por los vendedores informales para instalar sus negocios. Pero es importante que retrocedamos unos años para contextualizar el crecimiento de este fenómeno económico en la ciudad.

Hace cerca de 13 o 14 años los venteros autorizados por la administración municipal eran cerca de cuatro mil. Posteriormente, se congelaron los permisos y quienes fueron ocupando el espacio público lo hicieron de manera ilegal.

A corte de 2018, la cifra de ventas informales ascendía a cerca de 17 mil personas, es decir un crecimiento superior al 400%., situación que no solo se debe a problemáticas sociales sino también a que ocupar el espacio público es un buen negocio para quienes lo hacen sino también porque las políticas y programas de control han sido deficientes.

Las agremiaciones del centro, incluida CORPOCENTRO, hemos trabajado a lo largo de los años con las administraciones municipales para buscar que la actividad económica informal se lleve a cabo de manera organizada y que afecte lo menos posible al comercio formal, que paga impuestos, seguridad social y que genera una gran cantidad de empleos, que se estima en cerca de 300 mil.

Así lo hemos empezado a hacer con la administración del alcalde Daniel Quintero, porque entendemos que trabajar unidos da mejores resultados. Entre las tareas pendientes ante la mueva realidad económica, está el control al ruido que generan los megáfonos, organizar las carretillas que deambulan por las calles del centro, mejorar la ubicación de los informales y controlar a quienes no son vulnerables y no deberían sacar réditos del trabajo en la calle. También es importante lograr que no lleguen más personas a usufructuar el espacio público, que hoy no aguanta una venta más.

Esperamos que este cuatrienio traiga cambios en el modelo de control de espacio público y que de verdad el centro pueda caminarse y disfrutarse.